La situación actual ha hecho que farmacéuticas de todo el mundo enfoquen sus esfuerzos en encontrar una posible cura para el Coronavirus. Pero, ¿qué tan cerca estamos de una vacuna?
Según la Organización Mundial de la Salud, OMS, se están desarrollando más de 100 posibles vacunas. Y al menos una decena de estas ya están entrando en fase de ensayos clínicos, es decir, pruebas en humanos.
Soumya Swaminathan, jefa científica de la OMS, es optimista en cuanto a contar con “una o dos posibles candidatas a vacunas para fin de año”. Algunos laboratorios están más adelantados y ya han agendado fechas concretas para llevar a cabo pruebas.
Este es el caso de la multinacional estadounidense Johnson & Johnson. Que en un comunicado de prensa aseguró que en la segunda mitad de julio de este año iniciarán las pruebas en personas de Estados Unidos y Bélgica.
Exactamente 1.045 personas entre los 18 años y 55 años, y mayores de 65 serán quienes se sometan a estas pruebas.
En caso de que la vacuna sea efectiva, Johnson & Johnson tiene como objetivo el contar con más de mil millones de dosis disponibles para 2021. Esta multinacional, al igual que otras farmacéuticas se han comprometido a no monetizar ni buscar ganancias mientras se supere esta pandemia.
Lo anterior es un aliento en cuanto a los temas de la distribución a nivel mundial. Aunque cabe aclarar que la prioridad serán las personas con mayor riesgo de contagio como lo son el personal de la salud y la policía; seguido de las poblaciones de mayor vulnerabilidad como adultos mayores y diabéticos, además de la población marginal.
¿Habrá alguna vacuna antes de 2021?
Aunque ya hay más de una decena de laboratorios llevando a cabo pruebas, aún no hay nada concreto. Pese a esto, expertos como Albert Bourla, jefe de Pfizer (farmacéutica estadounidense), confía que habrá suficientes pruebas de seguridad y un arduo trabajo para contar con una vacuna hacia octubre.
Por su parte, Pascal Soriot, director general de AstraZeneca (farmacéutica global con sede en Londres) y que trabaja de la mano con la Universidad de Oxford para hallar una vacuna, asegura que hay muchas posibilidades de contar con una a final de 2020.
Cabe aclarar que normalmente, lleva varios años poner una vacuna 100% certificada y probada en el mercado, pero ante la premura de la situación mundial, las vacunas experimentales que sean consideradas seguras y eficaces podrían lanzarse en tiempo récord.
¿Cuáles son las fases que debe atravesar una posible vacuna?
En condiciones normales y sin la premura de la situación, una vacuna llega a tardar entre 5 a 10 años en superar las diversas fases antes de su aprobación final, esto según el Instituto Internacional de Vacunas (IVI, por sus siglas en inglés).
Por ejemplo, la vacuna contra el ébola, tardó más de 16 años antes de ser totalmente aprobada.
Dichas demoras se deben a diversos factores como lo son los tiempos de investigación e incluso la falta de recursos económicos, pero ante la situación actual, estos períodos de aprobación se han disminuido a su máximo posible.
Pero, ¿cuáles son las fases que debe pasar una vacuna antes de su aprobación?
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC) y el Proyecto para el Conocimiento de Vacunas de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, hay cuatro (4) fases que debe superar una vacuna antes de su distribución, estas son:
Fase 0
También conocida como fase preclínica. Acá se llevan a cabo pruebas in vitro y en animales, la idea es obtener los primeros resultados en cuanto a si una vacuna es segura. Una vez superada esta fase, se da inicio a los ensayos clínicos.
Fase 1
Acá la vacuna es testeada en grupos pequeños de personas saludables, (de 20 a 100 voluntarios). La idea es demostrar que la vacuna no representa una amenaza para la salud, además de ser efectiva. Igualmente se busca hallar posibles efectos secundarios y determinar la dosis exacta.
Fase 2
Los estudios se llevan a una mayor escala y se testean en grupos más grandes de personas. En esta fase se busca encontrar efectos secundarios a corto plazo y la reacción del sistema inmune.
Fase 3
En esta fase se compara la evolución de las personas vacunadas, versus las que no lo fueron. Igualmente se buscan nuevos efectos secundarios y datos que permitan corroborar la efectividad de la vacuna. Para esto el grupo de voluntarios se estima en miles.
Superada todas las fases anteriormente mencionadas, puede llegar a haber hasta un año de espera más para dar inicio a la distribución final a nivel mundial. Estos tiempos son los que la OMS y las diversas farmacéuticas están trabajando en disminuir.
Fármacos: una solución en caso de no llegar la vacuna
Joaquín Madrenas, director científico del Instituto Lundquist, afirma que con base en los resultados obtenidos hasta el momento es muy viable una posible vacuna, pero si en caso tal de que esta presente demoras, está la posibilidad de apoyarse en el desarrollo de medicamentos antivirales.
Lo anterior se pudo ver evidenciado en el hallazgo hace unos días de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, quien anunció que la Dexametasona, un glucocorticoide sintético perteneciente a la familia de los corticoides, reduce el riesgo de muerte en pacientes con COVID-19 que presentan complicaciones respiratorias.
Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, corroboró lo anterior al afirmar que la Dexametasona es “el primer tratamiento comprobado que reduce la mortalidad en los pacientes enfermos de COVID-19 bajo asistencia de oxígeno o respirador”.
La Dexametasona cuenta con propiedades antiinflamatorias, inmunosupresoras y antialérgicas, por lo que se utiliza en tratamientos contra el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), las alergias nasales, cutáneas y oculares, entre otras patologías. En otras palabras, cuenta con una gran efectividad y potencia médica sin muchos de los efectos adversos de corticoides naturales.
Actualmente en el mundo ya hay más de 8 millones de casos de Coronavirus, y en Colombia la cifra de contagio superó los 60.000. Pese a estas cifras, la tasa de mortalidad en el país es de cerca del 3% y a nivel global del 5%.
Es por esto que, las medidas de autocuidado y el distanciamiento social se deben continuar manteniendo al menos hasta que haya una vacuna aprobada y certificada.